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Mostrando las entradas etiquetadas como Poema

Carpe Diem

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Atrapa el día, toma el porvenir disimulado, la emoción, la luz, y la alegría que la prudencia no te ha brindado. Coge lo que no tiene precio, sonríe al valor, y que el valor te sonría su valor elevado. Aunque la luz de sol esté fría descubre que no todo se ha helado. Hay fuego en tu corazón revelado. Pues la fe se ha perdido, está ausente y se ha enfriado, toma pues el día que la Divinidad te ha regalado. Si no hace daño... exprésate intensamente a tí, hasta que el día todo te haya dado. Que no se escape ¡vive! Que la Diosa Fortuna de ti, suertudo, se ha enamorado. Carlos García Torín ¿Quieres leer más? Perros guardianes No calificado Jardín Secreto

Perros guardianes

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  Niña, ojos de espejo, en silencio me sonríes desde tu encierro, pero, ea ahí, tu perro ácido can guerrero, guardián y fiero, vigila el umbral inquieto. Inquieto. Matando a mis mensajeros, es la tormenta de ellos. Pero tú me gustas, niña, es tu colibrí de sueños que en tu cárcel de arena, él se apena y yo me apeno, y tu lobezno me ladra por si acaso no te quiero. Un gran perro dragón de colmillos de acero que no duda en morder si me acerco primero. Yo le arrojo galletas con sabor a luceros pero nunca se rinde el maligno can viejo. ¿y que pasa linda reina si de pronto yo te quiero? ¿o si no estás segura pero quieres saberlo? ¿y si es más que palabras? ¿y si es más que deseo? Yo también tengo uno con zarpas de mucho celo, que olfatea el menosprecio y el dolor desde lo lejos. Pero le enseñé a sentarse, a nunca atacar primero, a estarse quieto y echado si encuentro ojos de espejo. Mi dulce niña entintada, de...

No calificado

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  Yo no califico. Me fascina el lunar al lado de tu ombligo, en tus manos repica mi aliento y mis pálpitos, y no puedo con la hidra del conmigo. No se beber la savia oscura de las horas ni saltar el tiempo muerto de rendido. Dibujo la línea de tu contorno olvidado, busco en tu enredo el crédito perdido que adquiere mis retazos fragmentados, y no consigo mostrarte lo que miro. No califico todavía. Soy de los que insisten siempre en algo, lanzo mis flechas al suelo, una a otra, hasta que queda hecha la profecía. Aunque nadie entiende lo que hago. Soy de los que no huyen de su sombra sino que la aceptan como compañera y le permito decir sus necedades. No consigo llegar a tiempo con tu nombre, ni darle descanso a tus ansiedades. Yo no califico. Pido ganar una guerra que tal vez no es mía. No es la edad, ni la madurez, ni la distancia, ni las diferencias, ambos vulgares y corrientes, no es fruto del trabajo, apariencias, ni la llave de la casa, ni las redenciones de tristeza y soledades...

Jardín secreto

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Tal vez suceda que me vuelva otro, no lo sé, y al buscarte no me encuentre. No me encuentre. Puede ser que al haberte perdido gota a gota el tiempo me revele de repente quien creo que soy yo o quien seré. Tal vez suceda que me vuelva otro, diferente, ingenuo, triste y loco creeré haber enterrado la llave para siempre de mi amor que una vez beso tu amor. Puede ser que él así crea y al calor de una simple y débil caricia se destroce este pesado candado que utilizo hecho con… No sé… Acero de dolor, acero del dolor y el compromiso. Después de todas las palabras ese amigo, si sucede que soy otro, pienso yo, conquiste al fin el silencio perdido, silencio serio, mortal, liberador, recupere mi piel y mis ojos de este viaje y provea a mi alma otro equipaje de luces, música y color, y querrá matar al petirrojo que te lleve al jardín, al de los dos, y esconder las escaleras de tus ojos y así no trepes los muros de mi amor. Tal vez suceda que me vuelva otro, no lo sé y aquel no tiemble al sostener...

Una nube para Susej

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Veloz en un instante de emoción robe del cielo en un descuido un poquito de celeste algodón para hacerte un nuevo amigo. Lo moldee como arcilla blanca y lo coci en el mediodía. Comprueba si te hace falta que esta cálido todavía. Aunque mi amor para ser de ti, ya es de ti y nada más necesito, te obsequio para verte feliz: una nube que parece un conejito. Carlos Garcia Torin ¿Quieres leer más? Pez espada Capricornio Amaltea Voluntario

Guerrera

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Besa el estandarte de tu gozo, guerrera, lucha con ansia por la patria de la gloria. Muerde despacio la firme bandera que te dará el licor de la victoria Arrebata con tu lengua la libertad frente al dulce enemigo que te esclava. De los dos es plácida la oportunidad aunque mi espada te apunte a la cara. Aprovecha la ventaja que gustoso te permito. Mi estrategia es luchar sin mover mis naves contra el filo de tus dientes exquisitos, tu lengua danzarina y labios suaves. ¿Te parece esta batalla una paradoja? de rodillas me vences entregada en lo intenso. Aunque parece que gano, dejo que tú escojas, soy yo quien se rinde en tu cálido silencio. Lame donde ninguna herida nadie me hizo, Libertadora, devora mis tierras conquistando hasta que mi capital se abra Triunfa en la nieve viviente del paraíso. Sorpréndete. Tu puedes, tu boca aplicando derrotarme sin decir una palabra. Carlos Garcia Torín ¿Quieres leer más? Quiero quieres Estaré yo La verdad

Quiero quieres

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Te quiero desnuda y recostada. Recostada. Estas hecha de las sustancias sensuales de la tierra y quiero tomarte. De tus caderas quiero las mías impregnadas y separar pedazos donde mis manos se encierran, y quiero devorarte. Desnuda puedo lamerte entera, preparada en cada rincón por mi lengua para la guerra, y quiero conquistarte. Intenso entrar en cada vereda reservada, ningún espacio estrecho a mis ganas se cierra, y quiero saborearte. Recorrerte. Correrte, y encontrarte, en tu cáliz húmedo y personal derramarme si me quieres engullir. Tus entrañas con señales incendiarte de flamas blancas, gota a gota desarmarme si me quieres adquirir. Y si te pierdes y quieres volver, en tu vientre cada trozo de carne que desees arrancarme si te quieres venir. Carlos García Torín ¿Quieres leer más? Estaré yo La verdad Pez espada

Estaré yo

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Descubriré las historias que me faltan por contar y las contaré; visitaré los bosques, y dormiré bajo sus árboles como un aventurero, y encontraré dos brazos que me animen el alma y me acompañen; miraré mejor el cielo, y seré mejor astrónomo, con prismáticos, y llamaré a las estrellas con nombres propios, escritos en tinta; me iré a dormir pensando en el ensayo que me ronda la cabeza, y heredaré uno o dos principios para algún ser ávido y rebelde; a veces descubriré que mis mañanas ya no piensan lo que quieren, me pondré los zapatos y cosecharé mi día de café, dibujo e inquietud, todo sin que me dé cuenta que lo cotidiano llegó libremente; me dejaré seducir de oscura curiosidad, por saber lo que no es valioso ya saber; le daré un soporte al árbol de metal, y esperaré su fruto en mi escritorio; editaré algo que quedará olvidado en una también olvidada biblioteca, y algo que será papilla gastada por pasar de mano en mano; seguiré también llegando temprano para no preocupar a nadie, y a v...

La verdad

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Esto es, a grandes rasgos y de la mejor manera la verdad: Responsabilidad Autoridad Poder Es un león ¡Carajo! Un león de hombre, entre los hombres, Un hombre hecho de luz y de león. El Emperador. No lo digas bajo: ¡El Emperador viene entrando! ¡Viene entrando! ¡Todo en su lugar! La Respuesta El Rayo El Autor Es mi signo el Sol que implacable se manifiesta y en lo alto de todo, todo lo contempla. Mi signo en el cielo, sobre el mundo que yo, Emperador, con mi presencia inundo. Mi Águila Mi Dominio Mi Fuerza Mi rumbo Es mi cielo Es mi tierra. Es mi oro. Es mi escudo. Es mi fruto. Mis caballos y mis toros. Es mi estrella. Es mi alma quien gobierna. Junto a mí, mi Reina, Ella, la perla sagrada de mi tesoro: Desarrollo y Armonía. Lo que yo edifico permanece. Lo que yo maldigo nunca crece. Lo que yo defiendo se mantiene. Lo que yo bendigo, bien florece. Lo que yo protejo lo hago levantándome del trono: Conquistando. Lucho, venzo, y tomo. Díganlo alto: ¡El Emperador viene entrando! ¡Viene entr...

Pez espada

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  Me retas a conquistar el mar dulce y terrible pez espada. Aunque tiembla en el temor de amar tu pequeño pecho de hada, y prefieres retozar …pues nada. Tus aletas de plata marina, letal y ardiente pez sable, tienen esa sustancia divina que en mis redes es deseable …¿quieres que te hable? ¿Acaso presientes algo en mis naves, bello, hermoso pez alfanje? ¿Acaso posea mis dedos la clave que libere las aguas de tu carne y vueles convertida en ave? …¿quién sabe? Sin el viento del sentimiento aventurate en mis costas, pez filoso. Tu carne es rica y de sabor intenso y si quieres ser mi alimento …yo gustoso Redescubre la perla de tu pasión mi pequeño pez estoque, tu marino y azul corazón que todo lo pone a consideración solo nos hace una petición: …que te toque. Es tu marea de luna llena, femenino pez espadachín. Disfruta las redes y el arpón sin pena, mis manos hechas de sol y arena y goza del océano sin fin …de mí. Carlos García Torín ¿Quieres leer más? Capricornio Amaltea A través del m...

Capricornio Amaltea

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    Se llegan a ti traidoramente, amiga, por la espalda esperando tomar desprevenida tu cola de sirena, y contigo luchan, hieren, pierden, huyen, callan, y no sobreviven a tu mirada oscura de madera… No te conocen. Te encuentran pero no te hayan, y como no son de lo alto, tampoco te esperan. ͼ Quien ve las peñas de la isla salpicadas de sangre y en la montaña huesos rotos en las esquinas, cree que eres animal salvaje, lleno de hambre y dibujan que tu alma es firmemente mezquina. ͼ Yo sé que solo quieres beber del cielo al tocar la cima. Y tu tesoro, lejos de las moscas, cuidar, lejos del enjambre. ͼ Y aquí vine, del camino recogí las flores que vi. Yo las he plantado subiendo por el sendero que usas para que, si alguien necio te acusa, al menos tú jamás cedas a pensar el mismo mal de ti. Defensiva tal vez estás, espero que no temas de mi luz. Si he de morir que sea aquí, frente a ti, en el filo esmeralda de tus dientes de pantera ...

A través del mar

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Todo lo que hoy sé no me hizo falta saberlo antes. Te amaba. Me amabas. Eso era todo. Mi colibrí de acero carbónico solo eso, nada más, necesitó. Hoy sin embargo sé: tu no me amas. Yo por allá te amo. Al acero lo desconcierta todo ver el río del querer secarse y aun así alguien que navega. Yo. El mar se traga todo ese árbol secreto de mandarinas. Todo. Las escapadas nocturnas hacia el pasado, el reproche innecesario y la mentira y mientras me abriga la noche recuerdo que en la oscuridad la luz lunar es luz de sol. Ya no te quiero. Esta avecilla de color no se previno del abandono y la fría corrosión, de las maldiciones, o el desprecio, o el olvido. Solo te amó. Por qué. Todavía no sé nos ahogó la sequía del dolor y la falta de oportunidades se extendió. Qué ardiente sol venenoso secó la alegría de los dos. No me quieres y penetro desde el río seco al abismo marino del silencio. Un pez vela me acompaña cadencioso, a estribor, herido en un arpón del desamor. Atrás, rosa de azahar, creo q...

Azul

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Deseé, linda, el azul del cielo guardar como un don para ti, lo juro. Difícil. Me enfoqué bastante en ello con un tierno y plácido conjuro. Aproveché para crear con palabras mientras dormían tus ojitos de hada. Iba a sorprenderte cuando los abras con un mil cajitas emplumadas. La noche se hizo mágicamente. Cada cajita alzó sus dulces alas y de mis manos salieron volando lejos. Cuando busques en el cielo azulmente, si no lo ves, afina tu mirada clara que de ello vestí a los azulejos. Carlos García Torín ¿Quieres leer más?  Voluntario Alessusan En el aire

Voluntario

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Dijo: ¿un voluntario? Dije: yo. Solo quise estar vivo para amarte. Dijo: saca el agua. No te guardes. No te guardes. No te guardes. No te guardes, ni te repitas en el viaje. Del rio no regreses hasta que no seas el mar, hasta que no seas pájaro, ni rocío en el sendero, y te hayas vuelto un trago en un vaso de cristal, y seas ardiente beso, y fría ampolla por el fuego. Hasta que no seas hombre, mujer, y hayas sido rata, gusano, vaca, perro, no vuelvas hasta que decidas llover para ser coliflor y auyama en un cerro. Intenta estar presente hasta en la escoria, y en el aliento de una voz en canto, en el blanco y el rojo de las magnolias, y en el verde florido de un palo santo. Dijo: saca el agua. No te guardes. No te guardes. No te guardes. No te guardes, ni te repitas en el viaje. Hasta que no seas abeja, obrera, reina, y miel, hasta que no seas inundación de espanto, y seas espalda, y tinta del tatuaje en la piel, y te dejes secar en el fondo de un cántaro, no regreses hasta que no te co...

Quiero ofrecerte esta noche

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Quiero ofrecerte esta noche, mi hechicera. Esta noche que no es clara, ni emotiva; no posee estrellas que titilan ni una luna blanca de poesía. Más que cálida, es caliente esta noche con velo de neblina; noche de bronce en las venas, noche de pena y ambrosía. Mi hechicera, esta noche tuya, es mía. No me acompaña nada más. Ni una copa, ni un libro, ni una voz, Solo un azote vestigial del verano que me lleva a tu alma y a tu mano, y a la magia de fuego que destilas. Quizás es más que eso, vida mía, pero no lo reconozco todavía. Cuando entré en la sombras arrojado bruscamente por la tarde, tú no aparecías… Las estrellas se encerraron con recelo, la luna se perdió de su estadía, y tú no aparecías… ¡Qué noche tan maligna y tan vacía! Porque tú no aparecías… Recogí esta noche para ti. Su calor, desorden, melancolía, son sobre de mi carta del día. Tanto hay en esta noche de mí, amor, que tal vez se hila la oscuridad con hebras mías. ¿Cuántas horas son la noche, mi hechicera? Tanta noche como ...

Soledad del mago

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  La soledad de un mago tiene signo de quimera. Mientras hay tormenta sobre el mar la noche cruje, y solitario, herido de ausencias el capricornio espera. Hay quien dice que el monstruo cruel ruge; pero el mago sabe, estudia; él aprende, y ama; él conoce y no se rinde, ni ante el mito huye: cálido secreto guardado y protegido, desea… No es tal rugido lo que trae el viento del verano, sino un llamado. Súplica desgarrada y sincera por un anhelo de esencia y de lo arcano. Es un hecho; con las velas alzadas navega, y cuando la aventura le acerca a su quimera porque comprende su celo, no se desespera, sino que con respeto le saluda con la mano. La ventaja del agua, es que no hay fronteras, y se funde para ellos lo infinito y lo cercano. El mago tiene un arte que todo desordena, y en el caos, en esfuerzo de sudor y pena nace el amor... El amor del capricornio es humano pero tiene una paciencia de pantera. La soledad de un mago tiene primavera, un viento tibio que va cargando vida florece...

Las estrellas han cambiado

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Soy otro en la soledad aguijoneante…   ¿Dónde quedó la cacería? En el olvido. Atrás quedó la pradera y la luna menguante, y el león que tenía por enemigo.   En su mano el dolor, la herida guardada. En sus ojos marrones la muerte seria y directa. Me la tenía jurada… Pero yo me negaba a entregarla. Eso y nada más...   Era sencillo. Amar era luchar y no morir. Huir al león hacia el valle donde lo entusiasme otro olor, para que la amada sin temor pueda salir. Aunque tengas que llevarlo a las pedradas.   El sol dorado quema la hierba dispersa, y allí se agazapaba. Yo, lanza en mano y piedra cerca vigilaba su mimesis astuta, hasta que ella, amada, oculta ya… ahora si… Paz hermano león. En otro día, ya me fui… Descubro amar y ser yo.   Si tienes que hacerlo da sin temor la sangre, pero no en vano. Conquista a diario la paz. Tu sangre vale igual que tres vidas... ¡Su vida! No lo...

Caer rayo

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Por Carlos García Caer como un rayo sobre el bosque, y mira, se ha hecho campo. Del suelo surge la alegría en granos de trigo dorado, y comen de él tus pájaros negros, azules, rojos, verdes y blancos. Ya no solo el ave oscura, el chuchube del nocturno sagrado que se goza en que le llamen infortunio, y el aguaitacamino en el sendero ajeno que se escuda en el miedo del extraviado.   No. Ahora también es el cardenal enamorado con su vuelo horizontal y tierno, el turpial, ave de Persifone tropical, también ansioso de pasión ha despertado. Lo natural se hace canto, se hace color, ahora brilla donde cae el Dios y la caricia de fuego deja tostado. Come trigo hasta tu chivo oxidado. Es el campo, que el rayo lo ha besado y saca pepitas de oro por todos lados. Otros poemas de Carlos Garcia Torin: Te regalo mi lápiz Tus lunares Cuerdas de arpa

Tus lunares

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 Por Carlos García Torín Tus lunares traen rebelión a mis sentidos. Hay desobediencia en mi boca y mis manos, mis ojos se han liado un único objetivo y en tu aroma siento el limite insano. Todo en mi cuerpo pide golpe de estado, abrazar la locura, sin ninguna excusa invadir tus fronteras, rebelde enamorado liberando el volcán de tus ansias confusas. Lunares vigilantes del lugar que adoro: bombón suculento de tu boca redonda. Con descaro me retan, no dejan que la escondas. Mi lengua rebelde pide: caza el tesoro… ¡Arrebátanos en una sola mordida! Dicen, de un siglo… afila tu colmillo, derríbanos descuidadas y dormidas. Vamos a tentarte hasta el infinito. ¿Cuántos besos habrá cautivos? Me apuñalan sin poder defenderme en la misma arteria con que escribo, ¿Cómo piensas que voy a detenerme? Tus lunares pequeños y ardientes, carboncillos de luz coqueta encendida, incendian la anarquía en mi escondida. ¡Asalta la muralla! ¡No puedes esconderte! Sobre mí se arrojan furiosos tus lunares me ...

Néctar del delirio

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  Por Carlos García Torín Íntimo, de tu alma espero un beso que abra las fuentes de un delirio astral. Ansioso del resonar de tus huesos se sacude en fuego mi armazón de metal. ¿Lo sientes? Tus garras femeninas de cristal se afilan sangrientas en mi espíritu distenso, lo enerva así, lo provoca, su vínculo sensual revela mi ardiente poderío inmenso. Ven, toma en tu boca el néctar de ambrosía que violento mana del árbol de mi hombría. Sea para tus constelaciones Y déjame beberte maga, poco a poco, que la canción de mi delirio loco sea para tus pasiones. Fotografía de Casia Charlie