Mamihlapinatapei
Por Carlos García Torín El mago le enseñó el esquema de dibujo más sencillo que conocía. Una bola para la cabeza, un rectángulo para el cuerpo. La gente jugaba y comía alrededor sin prestarles mucha atención, porque un domingo en el parque hay que concentrarse en el sol y disfrutar del espacio abierto. Se habían encontrado por casualidad, eso quiso creer, pero aunque cada uno tenía una razón diferente para estar el mismo día en el mismo lugar, en el deseo secreto de su corazón simplemente no querían terminar la semana sin verse, era por lo menos una motivación secundaria. Había tantos niños como rayos de sol, e igual de vivos e intensos llenaban la colina y el pasto con su movimiento. —el rectángulo así, redondeado en todas las líneas… no se trata de que salga perfecto, más bien solo… este… cómo decirlo… — ¿decente? —dijo ella. — si… bueno. No se me ocurre ahora como es un rectángulo indecente pero seguro que cuando lo vea lo sabré. Pero si sabes darle decencia, dásela— ella sonr...