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Mostrando entradas de julio, 2022

Pollito letal

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  Era una vez un pollito.  Levantó una pata, levantó la otra, levantó una tercera, y otra; sorprendido descubrió que habían más y siguió:  —5, 6, 7, 8, 9, 10, 11...—además, pinzas. Cuando hubo levantado todas reconoció que no era amarillo, y que ser el único pollo sin plumas debajo de aquella cálida gallina era algo distinto. Buscó entonces la posibilidad de una nueva vida con propósito como un audaz y peligroso ciempiés. Carlos García Torín ¿Quieres leer más? El sello de cera Sembradores de vida Alessusan

Quiero ofrecerte esta noche

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Quiero ofrecerte esta noche, mi hechicera. Esta noche que no es clara, ni emotiva; no posee estrellas que titilan ni una luna blanca de poesía. Más que cálida, es caliente esta noche con velo de neblina; noche de bronce en las venas, noche de pena y ambrosía. Mi hechicera, esta noche tuya, es mía. No me acompaña nada más. Ni una copa, ni un libro, ni una voz, Solo un azote vestigial del verano que me lleva a tu alma y a tu mano, y a la magia de fuego que destilas. Quizás es más que eso, vida mía, pero no lo reconozco todavía. Cuando entré en la sombras arrojado bruscamente por la tarde, tú no aparecías… Las estrellas se encerraron con recelo, la luna se perdió de su estadía, y tú no aparecías… ¡Qué noche tan maligna y tan vacía! Porque tú no aparecías… Recogí esta noche para ti. Su calor, desorden, melancolía, son sobre de mi carta del día. Tanto hay en esta noche de mí, amor, que tal vez se hila la oscuridad con hebras mías. ¿Cuántas horas son la noche, mi hechicera? Tanta noche como

El zorro y las uvas

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Cuando el Capitán Zieg fue encomendado por el tirano Rey de Sílice, a conquistar para él los secretos encantados del Bosque de Dad-Sloé, se hizo porque hasta cierto punto, aquel cretino gobernante confiaba en la intuición natural de este guerrero. Sin embargo, tal y cómo reconocen los pocos lugareños de aquella región, sin importar que tan sabio y astuto sea el que venga con intención de apropiarse de aquellos arcanos secretos, los verdaderos dueños de aquel lugar siempre estarían al tanto de lo que sucede, y encontrarían la forma, no solo de librarse de los necios, sino de burlarse de aquellos tentativas de control. Había que vivir con respeto de lo sagrado en aquel rincón de la naturaleza. Así fue como se hizo conocida por todos, la anécdota. Llegaron apenas un día por la mañana, y establecieron un campamento mientras el sol les sucedía. Los aldeanos, gente humilde, poca y sumisa, les sirvieron lo mejor que podían pero sin tener demasiada fe en ellos. Por suerte, aquella vez solo hab

Soledad del mago

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  La soledad de un mago tiene signo de quimera. Mientras hay tormenta sobre el mar la noche cruje, y solitario, herido de ausencias el capricornio espera. Hay quien dice que el monstruo cruel ruge; pero el mago sabe, estudia; él aprende, y ama; él conoce y no se rinde, ni ante el mito huye: cálido secreto guardado y protegido, desea… No es tal rugido lo que trae el viento del verano, sino un llamado. Súplica desgarrada y sincera por un anhelo de esencia y de lo arcano. Es un hecho; con las velas alzadas navega, y cuando la aventura le acerca a su quimera porque comprende su celo, no se desespera, sino que con respeto le saluda con la mano. La ventaja del agua, es que no hay fronteras, y se funde para ellos lo infinito y lo cercano. El mago tiene un arte que todo desordena, y en el caos, en esfuerzo de sudor y pena nace el amor... El amor del capricornio es humano pero tiene una paciencia de pantera. La soledad de un mago tiene primavera, un viento tibio que va cargando vida florece has

El mago ensayista

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  A menudo señalo el hecho, y no es más que una opinión íntima y personal, que el ensayo me parece el género literario más difícil de todos. Cada género literario tiene su paradigma, y su idiosincrasia, y plantea diferentes retos al objetivo de expresar por escrito lo que se tiene en el pensamiento. El universo abstracto de la mente humana en letras. Lo digo desde la experiencia personal de haber escrito en los tres enfoques. Para cada uno hay una cierta disposición mental, un cierto estado del alma, del espíritu y de la mente. Pero el ensayo, quizá en mayor medida que la narrativa o la poesía, es el que más construcción exige. El que requiere de una cuidadosa y delicada revisión y ajuste milimétrico, que a veces no se presenta en otros géneros literarios que pueden reposar la técnica en ser más “espontáneos”. Laurent Gounelle afirmaba, comparando al ensayo con la novelística: "El ensayo se dirige más a lo mental, mientras que una novela se dirige a la mente y al corazón a un