Azul

Deseé, linda, el azul del cielo guardar como un don para ti, lo juro. Difícil. Me enfoqué bastante en ello con un tierno y plácido conjuro. Aproveché para crear con palabras mientras dormían tus ojitos de hada. Iba a sorprenderte cuando los abras con un mil cajitas emplumadas. La noche se hizo mágicamente. Cada cajita alzó sus dulces alas y de mis manos salieron volando lejos. Cuando busques en el cielo azulmente, si no lo ves, afina tu mirada clara que de ello vestí a los azulejos. Carlos García Torín ¿Quieres leer más? Voluntario Alessusan En el aire