Jardín secreto
Tal vez suceda que me vuelva otro, no lo sé,
y al buscarte no me encuentre. No me encuentre.
Puede ser que al haberte perdido gota a gota
el tiempo me revele de repente
quien creo que soy yo o quien seré.
Tal vez suceda que me vuelva otro, diferente,
ingenuo, triste y loco creeré
haber enterrado la llave para siempre
de mi amor que una vez beso tu amor.
Puede ser que él así crea y al calor
de una simple y débil caricia se destroce
este pesado candado que utilizo
hecho con… No sé… Acero de dolor,
acero del dolor y el compromiso.
Después de todas las palabras ese amigo,
si sucede que soy otro, pienso yo,
conquiste al fin el silencio perdido,
silencio serio, mortal, liberador,
recupere mi piel y mis ojos de este viaje
y provea a mi alma otro equipaje
de luces, música y color,
y querrá matar al petirrojo
que te lleve al jardín, al de los dos,
y esconder las escaleras de tus ojos
y así no trepes los muros de mi amor.
Tal vez suceda que me vuelva otro, no lo sé
y aquel no tiemble al sostener el cobre
del árbol de los días del comienzo.
Tal vez sea diferente, eso pienso,
y no sea como este que te anhela.
Él sabrá evitar el jardín abandonado
que crece oculto en mi yo desordenado,
silente y espinoso, selva negra que te espera,
donde el árbol de metal hecho raíces.
Tal vez sea que ese otro, no lo sé
no te amé tan intenso en sus días grises.
Tal vez suceda que me vuelva otro, no lo sé,
y ese otro te parezca muy estable.
si quieres acercarte amor, intenta hablarle,
pero si quieres amarle será más duro.
Si cambié… Fui atormentado en el vacío oscuro
y habrá espinas del silencio conquistado.
Más solamente tú podrías derrotarle
si haces tuyo lo que en él no habrá cambiado.
En el centro de su alma hay una fuente
que preserva tu nombre eternamente,
alcánzalo y bebe en él, amor, yo estoy,
aunque yo solo no me encuentre. No me encuentre.
Carlos García Torín
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