Pollito letal

Era una vez un pollito. Levantó una pata, levantó la otra, levantó una tercera, y otra; sorprendido descubrió que habían más y siguió: —5, 6, 7, 8, 9, 10, 11...—además, pinzas. Cuando hubo levantado todas reconoció que no era amarillo, y que ser el único pollo sin plumas debajo de aquella cálida gallina era algo distinto. Buscó entonces la posibilidad de una nueva vida con propósito como un audaz y peligroso ciempiés. Carlos García Torín ¿Quieres leer más? El sello de cera Sembradores de vida Alessusan